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Una de las cadenas más icónicas del fast food estadounidense, Hooters, acaba de tomar una decisión contundente: cerrar múltiples locales propios y avanzar hacia una estructura totalmente franquiciada. Aunque el anuncio llega tras una oleada de cierres repentinos en varios estados, no se trata de un retroceso, sino de una redefinición profunda de su modelo de negocio.
Desde JLP GLOBAL, observamos con atención este movimiento que confirma una tendencia cada vez más común entre grandes marcas: reducir la operación directa para enfocarse en la expansión a través de franquicias, donde operadores locales —muchas veces con décadas de experiencia— toman las riendas del crecimiento.
¿Qué está pasando con Hooters?
El pasado 4 de junio, Hooters cerró más de 30 locales propios en Estados Unidos. Un día después, emitió un comunicado en el que aclaró que estos cierres forman parte de una operación mayor: la venta de más de 100 restaurantes corporativos a un grupo de franquiciados históricos de la marca.
Este “Buyer Group”, compuesto por algunos de los fundadores originales y operadores con más de 30 años en el sistema, asumirá el control de las unidades restantes con un objetivo claro: revitalizar la esencia original de Hooters, incluyendo sus recetas clásicas y hasta los uniformes originales de las Hooters Girls.
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¿Por qué este cambio es importante?
Porque marca el abandono casi total del modelo de locales propios por parte de Hooters en EE.UU., quedándose solo con una minoría bajo operación directa. El 65% de los locales domésticos pasarán a manos de franquiciados, además de sus más de 60 restaurantes internacionales que ya operan bajo franquicia.
Este tipo de movimientos responde a una lógica de eficiencia operativa: menos riesgos financieros, más foco estratégico, y una red de operadores comprometidos que tienen incentivos claros para hacer crecer sus unidades. En palabras del CEO del grupo comprador, Neil Kiefer: “Decisiones como cerrar locales nunca son fáciles, pero todos estamos alineados en hacer de los restaurantes restantes un éxito.”
Una lección para marcas en expansión
Este tipo de restructuración no es nueva. Lo hemos visto antes con cadenas como Dunkin’ y Subway, que también migraron hacia un modelo de franquicias totales en los últimos años. La diferencia hoy es el contexto acelerado por la presión de costos, cambios en el consumo y nuevas exigencias tecnológicas.
Desde JLP GLOBAL lo vemos claro: en tiempos donde la rentabilidad está bajo presión, el modelo franquiciado permite escalar sin descapitalizarse, siempre que haya un ecosistema de soporte adecuado.
Y ahí está la clave. No se trata solo de “franquiciar”, sino de hacerlo con operadores capacitados, procesos estandarizados y una marca que inspire compromiso. El modelo híbrido —con algunos locales propios y otros franquiciados— está perdiendo atractivo frente a estructuras más ligeras, descentralizadas y flexibles.
¿Qué deben aprender los emprendedores gastronómicos?
Que la estructura importa tanto como el producto. Que escalar sin estructura te puede hacer caer. Y que incluso las marcas más tradicionales están revisando su ADN para volver a crecer desde sus raíces, pero con una lógica moderna.
Hoy Hooters no solo cierra locales. Está preparando una nueva etapa, con operadores que conocen el terreno y un modelo que prioriza la eficiencia sobre el control total.
Una vez más, el mercado nos recuerda que en gastronomía, sobrevivir no es cuestión de nostalgia, sino de adaptación.
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